May 2, 2009

¿Y la influenza apá?

Posted in Quen Pompó tagged a 6:33 am por Fernando Briseño

Para quienes no nos lean en México, debo contarles que las cosas cuando menos son graves. La gente está muriendo a centenares, no como dicen los medios de comunicación. No podemos salir a las calles porque hay mucha gente escupiendo sangre y suplicando que la maten para terminar con el dolor. No podemos salir porque el ejército esta cuidando las calles y evitando los saqueos. De mi edificio ya se llevaron a tres vecinos los señores de salubridad.

Ciudad de MéxicoEsta foto la tomé en el centro hoy por la mañana. 

Lo bueno es que previne e hice unas compras de pánico hace un par de semanas en el Wal-Mart de Nativitas:

  • Treinta (30) kilos de arroz Morelos
  • Veinte (20) Cajas de sopas Maruchan sabor camarón con habanero y limón
  • Diez (10) botellas familiares de Lulú sabor uva
  • Nueve (9) paquetes de tapabocas de marca propia
  • Un (1) hacha
  • Cuatro (4) litros de gasolina
  • Tres (3) toneladas de zanahorias

2401_carrots_gSobreviviré el apocalipsis con zanahorias 

Para poder cargar todas las cosas le ofrecí veinte pesos a un vagabundo que andaba inhalando activo, quien gustosamente me acompañó a comprar las cosas para afrontar el fin del mundo. Vaya, qué bueno que todavía existen lo valores. Él se llama Pepe.

vagabundo01 Les presento a Pepe

Cuando pasaba por la caja con mis ocho carritos llenos de zanahorias, la cajera se me quedó viendo raro. Me preguntó que cómo iba a pagar, y le dije que no tenía que pagar porque que éstos eran los últimos días antes de la expiación final, que ella y todos los pecadores por fin arderían en las llamas del infierno. Me sorprende que mi argumento la haya convencido tan rápidamente, pues me dejó pasar y me dio una gran sonrisa. Creo que le gusté. Espero que logre arrepentirse de sus pecados a tiempo.

No obstante, cuando iba saliendo se me acercaron el wey de seguridad de Wal-Mart y me la armó de tos dizque por estarles robando. Yo les dije que no, que se equivocaban, que yo no andaba robando, que éste era el fin de los tiempos y que debían arrepentirse de sus pecados. Ellos se pusieron pesados, pero en ese momento me puse a toser y se espantaron un poco. Además, Pepe regresó de su trance de activo y se lanzó a morderle la oreja. Gracias, Pepe. Amigos como tú no hay en este mundo.

Aprovechando la confusión y dado que mi punto estaba claro, me fui directo a mi casita y me lleve también los carritos del súper. Quién sabe cuándo los vaya a necesitar en este fin del mundo.

Por cierto. Comentarios joya que he escuchado recientemente:

"No me importaría enfermarme de influenza porcina, pero no me gustaría morirme de eso. Suena como algo de lo que se mueren los pobres. Si se llamara influenza de faisanes o algo así, sería diferente"

“La semana pasada leí que en México no va súper… ¿¿que es esa historia del puerco??”

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